Cada año anuncio la inminente consagración de River Plate como campeón de la Copa Libertadores. Mis razones suelen ser contundentes. 1999: "la dupla Saviola - Ángel es imparable"; 2000: "los cuatro fantásticos son... fantásticos";...; 2005: "el equipo está valuado en más de cien millones de dólares"; 2006: "la victoria en Pacaembú contra el Corinthians de Tévez y Mascherano, bla, bla, bla"; 2008: "un año de ensueño: punteros del campeonato local y favoritos del continental".
Hace unos minutos, con dos goles de ventaja y dos jugadores de más, River terminó empatando con San Lorenzo. Como cada año, quedó eliminado antes de saborear la gloria. A pesar de tener plantillas estelares y técnicos carismáticos, la Copa le es inasible desde 1996. ¿A quién le echo la culpa? ¿Al presidente Aguilar? De bonus, Boca, bendecido por la inverosímil suerte de Palermo, ha clasificado a cuartos de final.
Para sepultar mi año futbolístico, sólo falta que el Chelsea le arrebate algún título al Manchester.
Basta de lamentos. ¿Cómo califican su año futbolístico?
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